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PLEGARIA Y LITURGIA EN EL JUDAISMO - Página 3

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EL SHEMA ISRAEL - Introducción al primer Shemá

Es una obligación de primer orden dar lectura al Shemá a su hora, palabra por palabra, con sentimiento y esforzándose en poner atención y entender lo que se dice y en concentrar su espíritu. Es la primera oración que se enseña a un niño judío y es la última declaración de los mártires judíos. Se dice al alabar a D-os y al suplicarle. El judío devoto la utiliza incluso cuando interroga a D-os. Se recita ya sea en momentos de alegría o de desesperación, en agradecimiento o en resignación. El Shemá se recita cuatro veces diarias. La primera vez que se recita es en la primera parte de las Plegarias Matutinas, luego de la Akedá y antes de los pasajes que tratan sobre los sacrificios. Sin embargo, aquí se recita tan sólo la primera parte de Shemá (desde Shemá Israel ... v´ahavta). La segunda vez se recita Shemá en la bendición de Yotzer (antes de Shemoné Esré). La tercera vez - durante el Servicio Vespertino "Maariv" - y, por último, antes de retirarse a dormir.

La importancia del Shemá es resaltada por la reaparición de este versículo en otras partes del servicio de oraciones. Hallamos el Shemá entre las bendiciones iniciales de la mañana. En Shabat y en días de fiesta se dice Shemá en la Kedushá de la Amidá del Musaf y cuando se saca el Rollo de la Torá del Arca Sagrada. En Rosh Hashaná forma parte de la Amidá del Musaf. En Yom Kipur señala la conclusión de ese día tan especial. Con el Shemá culmina la séptima y última circunvalacón de la bamá en el servicio de Hoshanot en Hoshaná Rabá. El Shemá se recita como parte de la oración al acostarse y como parte de la confesión final en el lecho de muerte.

Leolam yehé Adam ... Un hombre debe temerle a D-os -
Una plegaria introductoria al Shemá tiene forma de una declaración donde se utiliza una expresión encontrada a menudo en el Talmud que se refiere al temor a D-os en todo momento "Yir´at Shamayim (temor al cielo), expresada por Abraham en la prueba de la Akedá (sacrificio de Isaac). De esta manera el tema de Yir´at Shamayim forma el vínculo entre el Shemá y la Akedá. El "temor a D-os" tiene que existir en todo momento, motivando las acciones del hombre. Como ejemplo podemos citar una historia relatada en el Talmud donde se cuenta que cuando el gran Rabán Yojanan ben Zakai estaba enfermo y sus discípulos fueron a visitarlo él les dijo: "Que el temor al Cielo esté sobre vosotros como el temor al hombre". Cuando los discípulos le preguntaron asombrados "Maestro, nada más que esto?, el Sabio respondió: "Ojalá fuera así, observad cuando una persona comete un pecado, trata de ocultarlo de la gente. Si el temor a D-os igualara al temor a los otros hombres, nadie pecaría, ya que nada puede ocultarse a los ojos de D-os". Reconocer la verdad también forma parte de lo antes dicho que se expresa en la frase "decir la verdad dentro de tu corazón" como una de las cualidades expresadas por el Rey David en los Salmos, como condición previa para merecer morar en el tarbenáculo de D-os, cerca de El. Teniendo en cuenta las virtudes de temor a D-os, reconocer la verdad y decir la verdad, se procede con la frase: "Señor de todos los mundos", tomada de la plegaria de Daniel (9:18) que destaca la idea que el hombre no viene ante D-os con la intención de ser premiado por la bondad y buenas acciones únicamente, sino que aparezca ante El lleno de humildad, conciente de que no es merecedor por sí mismo. Esta idea ha sido subrayada a menudo en la Torá. (Génesis 18:27; 32:11; y en los Salmos).
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Aval Anájnu Amjá ... Sin embargo somos Tu pueblo... ... Por lo tanto es nuestra obligación el agradecerte...". En esta oración tenemos expresiones distintas de autonegación mencionadas en la sección anterior "Señor de Todo el Mundo", que equilibran las siete expresiones de autonegación que corresponden a las "siete expresiones de vanidad" que se encuentran al principio del libro Kohelet (Eclesiastés). [ Hebreo, Fonética y Traducción ]

Tú eres El (el Mismo) por quien el mundo fue creado... Esta es una plegaria muy antígua la cual se encuentra en parte en las antíguas fuentes talmúdicas y es en cierta forma una continuación del mismo pensamiento que lleva al Shemá. Al mismo tiempo es también una elaboración del Shemá mismo, como concepto de verdadera unidad, el significado de un D-os único. El concepto de la Creación según la enseñanza judía se fundamenta en que D-os creó todo de la nada, simplemente diciendo "que sea!". Así está escrito: "Por la palabra de D-os fueron creados los cielos y por el aliento de Su boca todas Sus huestes" (Salmos 33:6). Ya que todo se creó de la nada, el cielo y la tierra existen porque D-os los "hace existir constantemente" y si D-os alejara su atención de ellos tan sólo un minuto, se convertiría en nada, como antes de ser creados. El Baal Shem Tov (1698-1760) lo dijo así: Está escrito, "Para siempre, Oh D-os, Tu palabra ha quedado fijada en el cielo". (Salmos 119:89). La "palabra" de D-os, "que haya un firmamento" está siempre allí en el cielo y eso es lo que hace que el cielo exista. Si D-os quitara su palabra, el cielo no existiría más, porque no hay ninguna otra cosa que pueda mantenerlo en existencia. Cada cosa tiene un alma que es la fuente de existencia de ese objeto y esa alma no es otra cosa que la voluntad de D-os que le obliga a existir todo el tiempo y no volver a su anterior estado de algo que no existía. De manera similar, cuando la Torá dice que todo fue creado por la "palabra" de D-os, es para explicar que todo el mundo, los cielos con todas sus estrellas y planetas y la tierra con todo lo que contiene, todo lo que existe es como un "aliento" o como un "soplido", o una "palabra". Esta idea profunda se encuentra en el fundamento del alfabeto hebreo al comparar las letras como las piedras de fundamento de la Creación y la vocalización o pronunciación de las mismas como el factor que origina la existencia de todas las cosas creadas en una realidad que conocemos o que va más allá de lo que podamos percibir.

Percibimos la realidad de manera incompleta y es por eso que tenemos las impresión que D-os está escondido de nosotros y hasta de los ángeles. Es el mismo D-os, sin embargo, el Cual está "revelado" (en la Creación, en la Naturaleza) y "escondido" para nosotros, por nuestra limitación de poder percibirle simplemente con nuestros sentidos o de llegar a comprenderle, ya que la mente humana también tiene en este caso límites, inclusive con el mayor poder de abstracción, para llegar a entenderle, y este es el significado de "Tú eres El". Hablamos así entonces en segunda persona como si El estuviera ante nosotros (Bendito Seas), pero sin olvidar que El está oculto, escondido de nosotros.

El resto de la plegaria "Tú eres El" habla de la santificación del nombre de D-os (Kidush Hashem). Por lo general se habla de Kidush Hashem cuando un judío muere en martirio, al no querer abandonar su fe en un solo D-os. Es por esto también que el Shemá se instituyó originalmente en la primera parte de la Plegaria Matutina, cuando los judíos eran objeto de persecuciones religiosas bajo el gobierno de los persas. Muchos judíos realmente santificaron el hombre de D-os al desafiar al opresor y sufrir el martirio como consecuencia. [ índice plegaria y liturgia ] [ Hebreo, Fonética y Traducción ]

Tu eres El... en los cielos y en la tierra... Esta plegaria es por supuesto una continuación de la anterior. Los pensamientos expresados en ella son los mismos: la unidad de D-os con Su inmutabilidad y omnipotencia y la gran esperanza de que toda la humanidad reconocerá al soberanía de D-os. El judío reza para que D-os los una con los otros judíos exilados esparcidos en los cuatro puntos del mundo, y esto no en consideración a la buenas acciones sino simplemente como un acto de pura benevolencia, también para hacer cumplir Su promera de redención, que ha mantenido y apoyado a la fe judía en D-os durante siglos. La profecía comenta que el nombre de D-os no será reconocido ni glorificado por todas las naciones del mundo antes que D-os le devuelva al pueblo judío su anterior gloria. [ índice plegaria y liturgia ] [ Hebreo, Fonética y Traducción ]

EL SHEMA ISRAEL Y SUS BENDICIONES

Barejú ... Bendecid al Señor Bendito! (Convocatoria a rezar): Hubo un tiempo en que el servicio de la mañana en la sinagoga consistía sólamente en el Shemá y sus Bendiciones, seguida por la Amidá. Las oraciones preliminares se recitaban previamente en casa o en la sinagoga mientras se esperaba que comenzara el servicio para toda la congregación. En otros términos -Shajrit- el servicio de la mañana, comenzaba con el Shemá y sus Bendiciones, al igual que Maariv (también conocida con el nombre Arbit), el servicio de la noche. Por lo tanto, era necesario que el Maestro de Oraciones anunciara el comienzo del servicio convocando a la congregación a rezar en común.

Barejú (Bendecid) quedó como la introducción al Shemá y sus Bendiciones y a la Amidá que le sigue, tanto en el servicio de la mañana como en el de la noche. Al principio se discutió la formulación de esta convocatoria. El Talmud enseña que: "No hay que excluirse del grupo" (Berajot 49b). Al convocar a la congregación en la segunda persona del plural imperativo (Bendecid al Señor...) existe una leve implicación en la que el Maestro de Oraciones se excluye de lo que él manda a hacer a la congregación. El problema fue resuelto mediante el expediente de hacer que el Maestro de Oraciones repita la respuesta, identificándose así con la contestación de la congregación. Otros Sabios no consideraban que hubiera aquí algún problema. Según ellos, al agregar a la convocatoria la palabra "Hamevoraj" (Bendito), el Maestro de Oraciones indicaba ya su inclusión en ella.

Cuando el Maestro de Oraciones dice Barejú, dobla ligeramente la cintura. La congregación hace lo mismo al responder. La misma convocatoria al Shemá se dice tambien antes de las bendiciones de la Torá.

Había otra razón para recitar Shemá temprano antes de la recitación usual en la plegaria de Yotzer. Hay un límite de tiempo dentro del cual puede decirse el Shemá matinal, o sea durante el primer cuarto del día (teniendo en cuenta la luz del día solamente). Para ayudar al cálculo se considera que se puede recitar el Shemá a partir del momento en que existe suficiente claridad para distinguir a un distancia de dos metros a un persona a la cual se conoce vagamente, hasta el final de la cuarta hora del día. Por ejemplo, si la salida del sol es a las seis y la puesta también a las seis, haciendo que el día conste de 12 horas, el Shemá puede recitarse hasta las nueve de la mañana; si el sol sale a las siete y se oculta a las cinco, dando 10 horas de luz, un cuarto de ese día serían dos horas y media y el límite serían las 9 y media de la mañana. La división para calcular estas horas temporales (Shaot Zemaniyot) se hace, como ya se dijo, a partir del alba o hasta la aparición de las estrellas. No es raro sin embargo, comenzar el servicio matutino a las 9 ó 9:30 (especialmente en Shabat y Yom Tov) y en el caso en que se llegue a recitar Yotzer en ese momento, ya se estaría fuera de la hora límite y en este caso no se tendría la Mitzvá de recitar Shemá a tiempo, sino tan sólo de recitar una porción de la Torá, lo cual es una Mitzvá muy distinta que no es un substituto para Keriat Shemá (lectura del Shemá) como precepto de la Torá. De ahí la costumbre entre muchos judíos de recitar las Bendiciones Matinales y el Shemá en su casa, cada mañana en seguida de levantarse, con la intención de que si el segundo Shemá fuera dicho fuera de horario, el primero serviría para cumplir con la Mitzvá de Keriat Shemá en su momento apropiado. Es por eso que por lo menos la primera sección (v´ahavta) debe ser incluida con el primer Shemá. También se recomienda que el momento más apropiado para recitar Shemá es poco antes de la salida del sol, de tal forma que se empiece la Amidá con la salida del sol. Se considera que la Mitzvá así efectuada tiene su máximo valor.

Dado que la recitación del Shemá es una Mitzvá, es de suponer que los Sabios han considerado adecuado indicar a los fieles que precedan el cumplimiento de esta Mitzvá con una bendición, como se acostumbra siempre antes de cumplir cualquier Mitzvá. Tal bendición podría ser: "Bendito eres Tú, Señor, nuestro D-os, Rey del mundo, que nos has santificado con Tus preceptos y nos has ordenado la lectura del Shemá" (Likró et Shemá, o al Keriát Shemá). Esta es la fórmula de bendición que se utiliza para todas las Mitzvot, dándole la terminación que corresponde a cada Mitzvá como: escuchar el sonido del Shofar, colocarse tefilín, encender las velas del Shabat, lo concerniente a comer Matzot, y así sucesivamente. Pero los Sabios no han solicitado la pronunciación de una bendición especial antes de recitar el Shemá y la explicación se encuentra en que ésta ya está incluida en la sección prelimitar del servicio matinal de oraciones: "dedicarnos a las palabras de la Torá" (Laasok be-divrei Torá), que ya cubre al Shemá que en efecto consiste en sí mismo también en pasajes de la Torá. Otra explicación tiene que ver con la razón por la cual se dice una bendición antes de cumplir otros deberes religiosos. Esta razón es doble: a) dar testimonio que el propósito del acto a realizar no es solamente encender luminarias, comer un pedazo de Matzá o tocar el Shofar, sino más que nada obedecer un precepto Divino; y b) admitir el yugo de la Ley Divina (Kabalat ol maljut shamáyim), porque en toda bendición lo esencial es la mención del nombre de D-os y de Su título de Soberano (Shem u´Maljut). Dado que el Shemá, por su único carácter ya cumple estos dos propósitos, resulta entonces que la bendición común sea superflua para este caso. No obstante, los Sabios han formulado a fin de acompañar a la doble recitación cotidiana del Shemá, ciertas bendiciones que reflejan ideas religiosas fundamentales del judaísmo. La Mishná dispone: "Por la mañana, se recitan dos bendicioes antes del Shemá y una después. Por la noche, dos bendiciones antes y dos después" (Berajot 1:4). Las bendiciones que rodean al Shemá destacan: D-os como Creador del Universo; la revelación de D-os y Su amor eterno al pueblo de Israel; y la redención de Israel por D-os.

Las dos bendiciones previas al Shemá sirven de estribos teológicos a la proclamación de fe contenida en el Shemá; mientras que la bendición que sigue al Shemá se refiere a los resultados que se esperan de dicha fe. Si bien con palabras un tanto diferentes, los mismos temas básicos aparecen en las bendiciones del servicio matutino y del servicio vespertino. Cada una de estas bendiciones tiene un nombre. De las que preceden al Shemá matinal, la primera es llamada la Bendición de Yotzer (Creador); la segunda es denominada la Bendición de Ahavá (Amor). La que sigue al Shemá es conocida como la Bendición de Gueulá (Redención). La primera bendición antes del Shemá vespertino se denomina Maariv (o Arbit), igual que todo el servicio vespertino. La bendición que precede y la que sigue inmediatamente al Shemá son las mismas que se dicen en la mañana. La segunda bendición después de la Shemá vespertina se denomina Hashkivénu (Haznos acostar). Su tema es el reposo nocturno y la necesidad de la Protección Divina.

La primera bendición previa al Shemá es, como ya se dijo, Birkat Yotzer (Yotzer Or). En ambas versiones de esta bendición se mencionan el día y la noche, de acuerdo con la sentencia talmúdica de que: "El tema del día debe ser mencionado en la noche y el tema de la noche ha de ser mencionado en el día" (Berajot 11b). El propósito de esto es remarcar que es un solo Dios el que reina sobre todo y rechazar así la doctrina dualista que prevaleciera en el pasado, de que el día y la noche, el bien y el mal, son regidos por diferentes deidades. Las palabras iniciales de esta bendición (en la mañana) derivan de Isaías 45:7: "Que hago la luz y creo la oscuridad; que hago la paz y creó el mal. Yo soy el Señor que hago todo esto". En la redacción de la bendición, las palabras bíblicas "uboré ra" (creo el mal) fueron sustituídas por "uboré et hacol" (has creado todo cuanto existe). Cuando algunos Sabios talmúdicos discutieron este cambio, otros respondieron que los autores de la bendición prefirieron usar un lenguaje más elegante y oportuno (lishná ma´alya - en arameo: eufemismo) para evitar así la mención de la palabra "mal". Además de ello, la expresión "todo cuanto existe" incluye también al mal. La relación fundamental de esta expresión es aclarada por la Torá con el concepto del libre albedrío: "Mira, he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal... y has de escoger la vida..." (Deuteronomio 30:15,19).

El verso tomado de los salmos: "Qué variadas son tus obras, Oh Señor! Las hiciste todas con sabiduría; la tierra está repleta de tus posesiones" (Salmos 104:24), es para recordar que todo lo que D-os ha creado no tiene voluntad propia ni poder propio, sino que eran tan sólo criaturas de D-os. En el párrafo siguiente, la plegaria de "Hameir" se alaba a D-os con 22 palabras o atributos, en el orden del alfabeto hebreo, desarrollando el tema que los cuerpos celestiales declaran la gloria y santidad de D-os. Este tema encuentra su última expresión en las palabras del profeta Isaías, quien describió el culto rendido a D-os por las huestes celestiales "Santo, santo, santo es el Señor de las huestes, toda la tierra está llena de Su gloria" (Isaías 6:3). El significado del acróstico del alfabeto hebreo en esta plegaria se interpreta en la frase "Nagila venismejá baj" (estaremos contentos y nos regocijaremos en Ti) que la palabra Baj, que consiste de dos letras hebreas "Bet" y "Jaf" tiene el equivalente numérico de 22, que es el número de letras en el alfabeto hebreo que se consideran también como nombres o atributos de D-os.

La plegaria de Hameir está seguida por la plegaria "Titbaraj Lanetzaj Tzurenu" (Que seas bendito para siempre, Oh nuestra Roca). Esta plegaria describe cómo los ángeles celestiales ofrecen sus alabanzas a D-os y está basada en una descripción del Profeta Isaías. La plegaria de los ángeles que se denomina Kedushá sigue a continuación. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

La inusitada longitud de la primera bendición antes del Shemá de la mañana se debe a la adición de la Kedushá (Oración de Santificación). La Kedushá se basa en pasajes de Isaías y Ezequiel que describen las visiones de estos profetas en las cuales los ángeles en servicio ensalzan, enaltecen y alaban al Todopoderoso. Fue incorporada a esta bendición para destacar que incluso los ángeles celestiales rinden homenaje a D-os y reafirman Su soberanía sobre el Universo. La Kedushá se dice tres veces durante las plegarias matutinas: Antes de Shemá, durante la repetición del Shemoné Esré y finalmente en la plegaria de "Uva l´Zion". A diferencia de la Kedushá de la repetición de la Amidá, que se recita de pie, la Kedushá que se pronuncia antes del Shemá se dice estando sentado, por lo cual se le ha denominado Kedushá de Yeshivá (Kedushá "de sentado"). Se le llama también Kedushá de Yotzer porque forma parte de la bendición de Yotzer. Esta Kedushá también puede decirla el judío que reza solo, cosa que no es el caso cuando se recita la Kedushá de la Amidá en la que es necesario la presencia de un minián. Para notar la diferencia entre la Kedushá de sentado y la Kedushá de pie, la de sentado prescinde de la tercera frase principal de la Kedushá de pie: Yimloj Adonáy le-olam... (El Señor reinará eternamente...) ya que este versículo no forma parte de lo que entonaban los ángeles en la visión de los Profetas.

Los sabios del Talmud dicen que los ángeles en el Cielo ofrecen sus loas a D-os después que el hombre dice sus plegarias en la tierra. Por lo tanto la Kedushá tendría que haber sido colocada al final de las plegarias, no antes del Shemá. Sin embargo, se quiere más bien proclamar la unidad de D-os y que todo ha sido creado por El, rendirle homenaje únicamente a El, en contra de las creencias idólatras, de rendirle culto al sol, a la luna o a otras criaturas celestiales o terrenales.

Es importante aclarar aquí que los ángeles se los denomina "mensajeros". La palabra hebrea para ángel, "mal-aj", en ralidad significa mensajero. Los ángeles no son independientes, sino que son creados con un propósito especial. Los sabios dicen que cada día D-os crea ángeles del Río de Fuego y luego que han cumplido con su propósito y cantado su himno de gloria a D-os, expiran (Jagiga 14a). Están por supuesto los Angeles Asistentes los cuales tiene una existencia continuada. Tienen la inteligencia más grande que haya sido creada y su comprensión de D-os es enorme, debido a su proximidad con El. Pero esta comprensión de D-os es igualada por su humildad y su propia marginación ante la presencia reverenciada de Su Creador. Todos los ángeles cargan sobre sí el yugo del reino del cielo, los unos de los otros. Hay muchos preparativos entre las huestes angelicales antes de pronunciar las palabras, "para santificar a Su Creador en un pronunciamiento sereno y puro de sagrada armonía, todos ellos, como si fueran uno solo, declarando temblorosos y proclamando con temor: Santo, santo, santo..." [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Santo en hebreo significa separado. Decir que D-os es santo es decir que D-os está separado y no se siente afectado por el mundo que El ha creado. La repetición de la palabra "santo" tres veces está explicada en la traducción aramea de Kedushá en la plegaria de Uvá l´Zion: "Santo en los Cielos superiores, la morada de Su gloria; santo en la tierra, el trabajo de Su poder, santo por sí mismo por siempre jamás".

Sin embargo, aunque D-os está separado y alejado de todos los mundos que El creó, encontramos la frase que dice "toda la tierra está llena de Su gloria". D-os está tanto "arriba" del mundo como "dentro" del mundo. A través de la fuerza de su atributo de "poderío" (guevurá) El puede limitar y concentrar algo de Su infinito Ser en el mundo finito. Hay aún otro significado en las palabras "toda la tierra está llena de Su gloria". Los ángeles mismos reconocen que el aspecto esencial de la gloria de D-os se concentra en lo más bajo de todos los mundos, el mundo terrenal. Es aquí en la tierra donde el hombre ha sido privilegiado con el otorgamiento de la Torá y las Mitzvot, las que constituyen la sabiduría y la voluntad de D-os que tiene el judío a su alcance para llegar inclusive a alturas inaccesibles aún para los ángeles. Los ángeles no tienen elección ni libertad alguna, mientras que al hombre se le ha otorgado una volutad libre, una eleccón de acción entre el bien y el mal.

Yotzer Ame´orot... Esta última sección de la primera bendición antes del Shemá continúa con el mismo pensamiento, tanto a su comienzo como en su final. Este es la idea de la Creación que D-os nunca ha detenido, ni por un momento, el proceso de Creación con todo lo que este implica en términos de la Providencia Divina especial (Hashgajá Pratit). En esta bendición se bendice a D-os como el creador de las "luminarias", no sólo del sol o de la luna sino también en Torá y Mitzvot como está escrito en Proverbios 6:23: "Una Mitzvá es una lámpara, y la Torá es luz". [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

La segunda bendición previa al Shemá tanto en el servicio matinal como en el vespertino hace referencia a D-os como Padre y Maestro que al dar Su Torá, ha establecido una relación especial con el pueblo judío. La elección que hizo D-os del pueblo de Israel para este papel constituye un acto de amor puro y eterno; no es el resultado de una cualidad superior de Israel, sino más bien con la misión de hacerle llegar a la humanidad un código de ética y moral orientado a la vida. Este tema del puro amor se expresa en toda la oración: el amor de D-os por Su mundo, y Su especial amor por Israel, retribuído con el amor de Israel a D-os y a Su Torá.

La leve variación en los textos de las bendiciones de los servicios de la mañana y de la noche deriva de dos versiones que existían entre los Sabios del Talmud. Samuel prefería la versión que comienza con las palabras Ahavá Rabá (Con inmenso amor), pero la mayoría de los Sabios se inclinaban a favor de la versión que comienza con las palabras Ahavat Olam (Con amor eterno) (Berajot 11b). Por tal razón ésta es la versión utilizada en el rito sefardita, tanto en el servicio matinal como en el vespertino. En el período Post-Talmúdico, los Gaonim decidieron que se recitaran ambas versiones: Ahavá Rabá en el servicio de la mañana y Ahavat Olam en el de la noche. Esta es la práctica que se sigue en el rito ashkenazí hasta hoy.

Ahavat Olam (la otra versión: Ahavat Rabá) ... Con un amor eterno (con inmenso amor) ... esta plegaria de bendición que también precede al Shemá no comienza, sin embargo, con una Berajá porque en cierta forma es una continuación de la primera bendición. Al mismo tiempo es una introducción perfecta y final para el Shemá. Esta plegaria habla del amor de D-os y su bondad en darle al hombre las leyes de vida, además de pedirle aquí también la concepción del entendimiento necesario para entender Sus enseñanzas. Las oraciones que siguen contienen los deseos y plegarias más significativas para todo judío creyente en lo que respecta a aprender Torá, obtener sabiduría y desear el regreso de los exilados a la Tierra Prometida. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

El primer versículo: "Shemá Yisrael Adonáy Elohénu Adonáy E´jad" -Escucha Israel, el Eterno nuestro D-os es Uno (Deuteronomio 6:4) - es la declaración del principio fundamental de la fe judía, la creencia de un D-os único (monoteísmo). Originalmente, la obligación de recitar Shemá consistía en recitarlo dos veces diarias, a la mañana y a la noche, es decir, una vez en las Plegarias Matutinas y una en las Vespertinas. Las dos recitaciones adicionales mencionadas antes fueron instituidas más tarde, en la época Talmúdica, cuando los judíos eran víctimas de persecuciones religiosas y se les había prohibido recitar Shemá durante los servicios públicos en las sinagogas. Bajo el reinado del Rey persa Jezdegerd II (438-57 de la Era Común), se les prohibió a los judíos proclamar su creencia en un solo D-os en público.
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El mencionado rey persa era adepto a la religión de Zoroastro, la cual predicaba el "dualismo", o la fe en dos dioses, uno bueno y uno malo. Para hacer cumplir su decreto, el rey apostó guardias en las sinagogas para que se cumpliera su prohibición acerca de la recitación del Shemá. Entonces los Rabís decidieron como solución, que el Shemá se recitara antes de la Plegaria Matutina usual.

Al recitar el primer versículo del Shemá, hay que hacerlo en voz alta tapando los ojos con las manos a fin de no ver nada que pueda causar distracción. No se cumple con la obligación si no se pronuncia con atención este primer versículo, y la frase que le sigue y que se dice en voz baja: Baruj Shem... "Bendito sea el nombre de Su reino glorioso eternamente". Aún si ya se cumplió con la obligación de Keriat Shemá (lectura del Shemá), si asiste a la recitación del Shemá por medio de otra congregación, debe pronunciar el primer versículo junto con ella.

El criterio de Rabí Yehudá Hanasí, compilador de la Mishná, fue que la Torá le prescribe al judío únicamente la recitación del primer versículo. Otros, en cambio, sustentaban la opinión de que la obligación establecida por la Torá abarca mucho más, si bien diferían las opiniones sobre cuánto más. Sea cual fuere la posición acertada, el hecho es que actualmente se recitan de mañana y de noche tres pasajes para dar cumplimiento a la Mitzvá de decir el Shemá. El Shemá consiste así en tres secciones de la Torá:

  • Shemá, incluyendo Ve ahavtá hasta Uvishareja (Oye Israel.. y amarás...) (Deuteronomio 6:5-9) : aceptación del yugo de la supremacía Divina (Kabalat ol maljut shamayim), el amor incondicional a D-os y la santificación de Su Nombre, los principios de la fe con la obligación del estudio de la Torá y de su transmisión, el Precepto de ponerse Tefilín y colocar Mezuzá. En este párrafo Moisés se dirige especialmente al individuo judío;
    [ Hebreo, Fonética y Traducción ]
  • Ve-hayá (Y si...) im Shamo-a ... hasta ... Kimé Hashamayim Al Haaretz (Deuteronomio 11:13-21): aceptación del yugo de los mandamientos, la aplicación de los principios de la fe con la observancia de la Torá y el compromiso de cumplirlos. En este párrafo Moisés se dirige a todo el pueblo judío.
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    .... La promesa de recompensa y la amenaza de castigo son de carácter comunitario, dirigidas al organismo colectivo del pueblo de Israel. Esta creencia está ligada también a otro concepto judío fundamental: el del Cuidado Divino o la Divina Providencia (Hashgajá Pratit) en el que se sostiene, que D-os vela por la humanidad; [ Hebreo, Fonética y Traducción ]

La lectura de los tres pasajes en este orden se denomina Keriat Shemá (Lectura del Shemá). En la pronunciación ashkenazí se la llama Krias Shmá. En el ídish hablado comúnmente, estas dos palabras se dicen generalmente unidas y con pronunciación un tanto diferente que suena como "Krishme".

En tiempos pasados la lectura del Shemá también era parte del servicio en el Templo de Jerusalem. Los tres pasajes eran leídos entonces en voz alta por los cohanim a continuación de la ofrenda de la mañana. La gente reunida en el atrio del Templo no se unía a la lectura de los párrafos, pero al escuchar el primer versículo del Shemá respondían: "Baruj Shem Kevód Maljutó LeOlám Vaéd" (Bendito sea Su nombre; Su gloria y Su reino son eternos). Esta respuesta no es una cita de algún versículo bíblico, aún cuando tiene cierta semejanza con un versículo de los Salmos (72:19). Esta respuesta fue usada originalmente por el pueblo al escuchar el Tetragrámatron (nombre de D-os formado por cuatro letras hebreas: yod, he, vav, he, que nunca era pronunciado tal como se escribía, a no ser por los Cohanim en el Templo de Jerusalem. Al rezar se lee como "Adonáy" que significa Señor. En otras lecturas, que no forman parte de la oración, se lee como "HaShem" - el Nombre), pronunciado por el Supremo Sacerdote (Cohén Gadol) en el Templo de Jerusalem en Yom Kipur. Esta respuesta llegó a ser la elegida para todas las bendiciones pronunciadas por los Cohanim en el Templo, incluso la Bendición Sacerdotal. Se la usaba en lugar de "Amén" y fue trasladada posteriormente a la sinagoga como parte integral del Shemá. A fin de señalar que esta frase no forma parte de los pasajes bíblicos del Shemá, se suele recitarla en voz más baja que el resto del Shemá. La única excepción a esto último es en Yom Kipur, cuando deliberadamente se la recita en voz alta.

Existe una hermosa "Agadá" (leyenda) que explica el origen de esta respuesta y de la costumbre de decirla en voz baja. La Agadá se le atribuye al patriarca Jacob, conocido también como Israel, quien habría susurrado esta frase en su lecho de muerte cuando sus doce hijos reunidos a su alrededor le aseguraron que ellos creían en el D-os Unico y que continuarían practicando la fe de su padre. Se la pronuncia en voz baja para evocar que Jacob la habría dicho en voz baja cuando ya se le agotaban las fuerzas.

El Shemá, por su principio instructivo, puede recitarse en un tono de voz algo más audible que la Amidá, sin levantar demasiado la voz, sólo con el propósito de ser escuchada claramente.

La ley judía requiere que se dedique la mayor "Cavaná" (concentración) posible al recitar el primer versículo del Shemá y es por eso que se cubren los ojos con la mano, como ya se ha mencionado. Rabí Yehuda HaNasí fue el primero en aplicar esta práctica. El Talmud dice que "cuando cubría su rostro con las manos, reafirmaba el yugo de la Ley Divina".

A diferencia de la Amidá que debe recitarse estando de pie, el Shemá puede decirse de pie o sentado. Durante mucho tiempo los judíos de Eretz Israel se ponían de pie para decir el Shemá por lo siguiente: a) debido a su importancia; b) porque constituye un acto de testificación de la Unicidad de D-os (y en los tribunales judíos se da testimonio estando de pie). Por una diferencia de criterio con la secta de los Karaitas, quienes se ponían de pie para afirmar que sólo los pasajes del Shemá en la Torá eran importantes y de origen divino, se llegó a instruir nuevas disposiciones rabínicas que dispusieron que el Shemá se recite sentado. Es así que si uno ha quedado de pie a lo largo de todo el servicio de oraciones, puede continuar de pie durante el Shemá. Pero si está sentado, no debe levantarse especialmente para recitar el Shemá.

La bendición que sigue al Shemá es la Birkát Gueulá (La Bendición de la Redención) que comienza con las palabras Emet Veyatzij "Verdadero y firme". Se recita tanto en el servicio matutino como en el vespertino y toca otro principio fundamental de la fe judía. En ella se expresa el reconocimiento de la liberación de los hijos de Israel de su cautiverio en Egipto por mano directa de D-os, y de los prodigios hechos por El en el cruce del Mar Rojo (Yam Suf). Esta bendición continúa en ambos servicios con un versículo del Cántico de Moisés con las palabras de proclamación que pronunciaran en aquel momento los hijos de Israel: Quién como Tú entre los dioses, Señor! .... Mi jamoja ba-elim, Adonáy, mi kamoja... (Exodo 15:11, 18). Por qué "jamoja" y "kamoja" (cómo Tu)? La leyenda cuenta que el faraón pronunció esta frase poco antes de ahogarse en el Mar Rojo, al reconocer que el D-os de Israel es el único y que hay otros dioses que no se le pueden comparar porque son nada más que piedra y madera, obra de las manos del hombre. La diferencia entre la "j" de jamoja y la "k" de kamoja se debe, según esta leyenda, a que el faraón ya estaba hundiéndose cuando quizo pronunciar esta alabanza con lo que no pudo pronunciar correctamente la palabra kamoja, es entonces que D-os le permite sacar la cabeza del agua para que el faraón pueda pronunciar la palabra correctamente, aceptando así su arrepentimiento.

La expresión "Tzur Jacob" (Roca de Jacob), en otra versión "Tzur Israel" (Roca de Israel) que se refiere a D-os en el párrafo final de esta bendición recitada en el servicio matinal, procede de Isaías 30:29. Esta misma expresión fue incluída en el texto de la Declaracion de la Independencia dle Estado de Israel, suscrita el 14 de mayo de 1948: "Con fe en la Roca de Israel, asentamos nuestras firmas en testimonio de esta Declaración".

La Bendición de la Redención debe recitarse inmediatamente antes de la Amidá, dado que el Talmud establece que "Tefilá (refiriéndose a la Amidá) debe ir junto con la Gueulá (redención)" (Berajot 4b, 9b). Esto es lo que en efecto sucede en el servicio de Shajrit. En el servicio de Maariv o Arbit (rezo de la noche), la bendición de Hashkivénu es considera como una extensión del tema de la redención y por ello no está en conflicto con este requisito. La razón de esta disposición es el deseo de vincular el tema de la redención de Israel en el pasado, según se refleja tanto en el Shemá como en la Bendición de la Gueulá que le sigue, con el tema de la redención de Israel en el futuro, según se refleja en la primera oración de la Amidá: "... Y traes la redención a sus descendientes, por amor a Tu Nombre".

La plegaria concluye con la bendición "Quien redimió a Israel", Es la continuación del tema de las bendiciones anteriores al Shemá y también de la última sección del Shemá mismo (la liberación de Egipto). La bendición después del Shemá ya se mencionó en la Mishná (Tamid 32b), mientras que el Talmud dice que cualquier persona que no diga "verdadero y firme" luego del Shemá de la mañana y "Quien redimió a Israel" al anochecer, no ha cumplido con su obligación, ya que está escrito: "para declarar Tu bondad por la mañana y Tu fidelidad por la noche". Rashí explica que esta bendición habla de la bondad de D-os para con los antepasados del pueblo de Israel, a quienes liberó de Egipto por medio de milagros. También se explica que al decir "verdadero y digno de confianza" se habla de la fidelidad de D-os para cumplir su promesa de redención y salvación de manos de soberanos crueles y tiránicos. En la Mishná (Berajot 12a), se extiende la explicación diciendo que las dos últimas palabras de la tercera porción de Shemá deberían unirse a la palabra "Emet" porque está escrito "Adonáy Elohejem Emet" (El Señor, D-os Verdadero).

En el sagrado Zohar se dice que las palabras del Shemá suman 245, tres menos que 248, que es el número de miembros de nuestro cuerpo. De esta manera, el Zohar dice, la persona que lee el Shemá cuidadosamente y con devoción purifica cada miembro de su cuerpo.

La palabra "Emet" (verdad) en esta oración comienza una serie de 16 palabras que están estrechamente ligadas al concepto de Verdad. Las 16 expresiones de verdad se refierne a los 16 versos de las dos primerass secciones de Shemá, en las cuales se proclama la unidad de D-os, la sumisión al Su gobierno divino y la aceptación de los mandamientos de D-os.

De las mencionadas 16 expresiones de verdad, 15 están precedidas por una "vav". Las 15 vavs igualan la suma de 90 (15 x 6) que a su vez es igual a tres veces el nombre de D-os (jud-ke-vav-ke: 10 más 5 + 6 + 5, más las cuatro letras del nombre en sí.

Rabí Jaim Vital, el gran expositor de la Cábala del santo Arí, señala que en la continuación de la bendición: "emet veyatziv", la palabra se repite seis veces, haciendo referencia a la repetición de emet seis veces en la primera porción de Bereshit, a través de combinaciones de las últimas letras de grupos de tres palabras. De esta manera, reafirmanos que todo lo que D-os creó durante los Seis Días de la Creación existe por Verdad. Si incluimos también la palabra "be-emet" en esta plegaria, la palabra Verdad se repite aquí siete veces, haciendo referencia también al séptimo día, Shabat. Los sabios han señalado que "El sello de D-os es verdad" (Sab. 55a) porque la palabra emet consiste en la primera (alef), la del medio (mem) y la última letra del alfabeto hebreo (tet), indicando que D-os fue, es y será - eterno.

La plegaria "Emet veyatziv" habla, como ya se dijo, de la fidelidad eterna de D-os para con el pueblo judío y de la certeza profética de que D-os redimirá al pueblo judío del exilio una vez más. El Talmud dice que es necesario no hacer una interrupción entre esta bendición y el Shemoné Esré. Uno de los pensamientos detrás de esta continuidad ininterrumpida es la necesidad de tener en mente la presencia constante de D-os. En un sentido más profundo, tanto gueulá como tefilá están también estrechamente relacionados a la misma idea y nivel de la liberación personal del individuo en su vida diaria. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

La bendición que sigue al Shemá en el Arbit o Maariv (rezo de la noche) es Hashkivénu (La Bendición del Reposo - haznos acostar) que a diferencia del Shemá de la mañana, se recita sólo en la noche y es seguida por dos bendiciones. La segunda bendición es particularmente adecuada para la noche. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que en Shabat se modifica la conclusión de la bendición.

En Babilonia, centro de la vida judía durante el período talmúdico, las noches eran especialmente terroríficas. Las zonas escasamente pobladas y los caminos rurales eran peligrosos. Por eso se expresa: "Y aparta al adversario de delante y de detrás nuestro" ... "Y vela nuestras idas y venidas". En Shabat y días festivos se cambian las palabras finales de la bendición para sugerir que en estos días sagrados se necesita menos protección ya que en estos días la gente no trabaja en los campos desguarnecidos, sino que los pasan en la relativa seguridad de sus hogares y vecindarios. El versículo "Y aparta al adversario de delante y de detrás nuestro" puede tener un significado que va más allá del inminente peligro físico. La palabra del texto hebreo que se traduce como "adversario" es "satán". En el idioma hebreo esta palabra no signfica el "Satán" que lucha contra D-os. El Judaísmo no reconoce ningún poder espiritual independiente fuera de D-os o igual a El. El término "satán" en hebreo se refiere a los malos impulsos del ser humano, que tratan de impedirle que siga sus buenas inclinaciones y lo desvían del camino recto. De modo que este versículo también podría traducirse como: "Y aparta todo mal impulso de delante y de detrás nuestro" [ Hebreo, Fonética y Traducción (en edición) ] [ índice plegaria y liturgia ]

Existe una tercera bendición que sigue al Shemá: debe decirse o no? En la liturgia ashkenazí hay una oración más en el servicio vespertino de los días laborales. Es una recopilación de 18 versículos que separa al Shemá y sus Bendiciones de la Amidá (Shemoné Esré). Esta oración comienza con las palabras: "Bendito sea el Señor eternamente" (Baruj Adonáy le´olam). El origen de esta oración se remonta al tiempo del período talmúdico en Babilonia, cuando las autoridades no permitían la instalación de sinagogas en las zonas residenciales, debiendo ser ubicadas entonces en descampado. Como las noches eran muy peligrosas, la gente que se reunía en las sinagogas en la noche para recitar el Shemá, no quería demorarse mucho. Dado que los Sabios en Babilonia habían determinado que la Amidá de la noche era opcional, establecieron así 18 breves versículos correspondientes y sustitutivos de las 18 bendiciones del Shemoné Esré. El servicio abreviado concluía con una breve bendición final (Yiru eineinu - verán nuestros ojos) y el Kadish. Esta oración de 18 versículos nunca se recitaba los viernes por la noche ya que en Shabat no se dice la Amidá de 18 bendiciones sino una abreviada, de siete. Y puesto que la gente no estaba en los campos los Shabat y días festivos, tampoco habia razón para decir esta oración en tales noches. Este precedente histórico explica la razón por la cual esta oración no se dice en la noche del sábado en muchas comunidades que la dicen en los días de semana. Los Sabios de Eretz Israel que habían estableciedo que la Amidá del servicio vespertino es obligatoria y por lo tanto no debía ser separada del Shemá y de sus correspondientes Bendiciones, nunca aprobaron la introducción de esta oración intermedia en el servicio de la noche. Es por ello que no aparece en el rito sefardita ni en el rito ashkenazí que se sigue en Eretz Israel.

Las leyes relativas para la recitación del Shemá consisten en las siguientes:

Las bases sobre las cuales descansa toda la fe judía se mencionan en el primer capítulo del Shemá, como conclusión podemos resumir que esas bases son: la unidad de D-os, sumisión al reinado de D-os, amor a D-os, autosacrificio y el estudio de la Torá y su perpetuación en las generaciones futuras.

LECTURA SOBRE LOS SACRIFICIOS OFRECIDOS: KORBANOT Y KETORET

La segunda sección de estudio de la Torá completa la primera parte del servicio. Esta segunda sección consiste en pasajes de la Biblia (Números 28:1-8) y de la Mishná (Zevajim 5) que tratan de los sacrificios de ofrendas (Korbanot) e incienso (Ketoret) que eran la base del servicio en el Templo de Jerusalem. Sin embargo, estos pasajes fueron omitidos en algunas sinagogas.

La lectura sobre los sacrificios era considerada como sustituto aceptable del ofrecimiento de los mismos. Los versículos bíblicos fueron interpretados en el sentido de que "quien estudia la porción de las ofrendas encendidas, es como si de hecho hiciera tales ofrendas: "...quien estudia la porción de la ofrenda de minjá, es como si de hecho hiciera una ofrenda de minjá..." (Menajot 110a). Fué precisamente este criterio lo que condujo a la selección de tales pasajes de la Biblia y de la Mishná para esta segunda sección del estudio de la Torá.

La parte que culmina la lectura de los Korbanot comienza con la Beraita de Rabí Ishmael (ver más adelante) . Esta es un midrash que enumera los trece principios de exégesis utilizados por los Sabios en la interpretación de las Escrituras Sagradas. Ellos constituyen el fundamento de la Torá She Be Al Pe (Torá Oral). Por el hecho de que este midrash aparece como introducción al estudio del libro Levítico de la Torá, en el cual se indican la mayoría de los sacrificios, es que se considera su lectura como conclusión en lo que respecta al estudio de la Torá en el servicio matutino.

Hay varias explicaciones de por qué estas selecciones han sido insertadas en el Sidur para ser recitadas a diario. Una razón es, como indica el Levush (Rabí Mordejai Jaffe): para que todos los judíos puedan cumplir con la "Mitzvá de Talmud Torá" (estudio de la Torá). Uno de los mandamientos básicos de la Torá es que cada judío, sin excepción, la estudie todos los días. La Torá tiene tres divisiones principales: TaNaj, Mishná y Guemará. De esta manera, al recitar las selecciones de la Torá en el Sidur, el judío cumple con el mínimo requerimiento diario de estudiarla.

Otra razón explica la elección en particular de estas lecturas, las cuales tienen que ver con el servicio en el Bet Hamikdash de la antiguedad y que actualmente no existe. En realidad, las plegarias diarias, matinales y vespertinas corresponden a los sacrificios comunitarios diarios que se llevaban a cabo en el Bet Hamikdash, tal como lo dijera Rabí Joshúa ben Leví (Berajot 26b). Este punto de vista ha sido también reafirmado por los Sabios en otras fuentes talmúdicas y midráshicas. En otras palabras, de la misma manera que el propósito de los sacrificios era acercar al individuo y al pueblo judío en su totalidad, a D-os, (la palabra "korbán" deriva del hebreo de un verbo cuyo significado es "acercar"), ese es entonces precisamente el propósito de la plegaria. Esta es también la razón por la cual en Shabat, Rosh Jodesh y en las festividades se observa el "Servicio Adicional" (Musaf), debido principalmente a los sacrificios adicionales que se ofrecían en aquellos tiempos en el Bet Hamikdash.

Los sacrificios, ya fueran comunitarios o individuales, eran los medios de obtener expiación, como expresión tangible de arrepentimiento, para restablecer la unidad o estado de expiación con D-os. La ofrenda de los sacrificios se denominaba "avodá" (servicio). Además, justo antes de que se matara al animal de la forma acostumbrada según el rito, el oferente debía hacer presión con ambas manos sobre la cabeza del animal, como si lo colocara en su propio lugar. Esto se simboliza en tres aspectos que deben acompañar al sacrificio: Kavaná (concentración mental), Vidui (confesión oral del pecado), y Semijá (colocar las manos sobre la cabeza del Korbán). El mensaje de la expiación era destacado aún más por el hecho de que toda la grasa y la sangre del animal debían ser ofrecidas a D-os. La grasa simbolizaba indulgencia excesiva y energía sin usar, y la sangre, las pasiones y la vida misma, todas las cuales debían ser consagradas a D-os. De igual manera, todos los otros detalles relacionados con las leyes de korbanot son profundamente simbólicos e instructivos

Las lecturas de la Torá acerca de Korbanot están seguidas de una lectura de una porción de "Ketoret" -incienso- (Exodo 30:34-38). La lectura bíblica está seguida de una lectura del Talmud, especialmente una Beraita de origen tanaico que se encuentra (con variaciones) en el Talmud Babilónico (Keritot 6a) y en el Talmud Yerusalmi (Yoma 4:4), la cual trata de la misma mezcla de incienso (Pitum HaKetoret).

Los Sabios del Talmud enseñan que Moshé Rabenu recibió la orden en el Monte Sinaí de usar once clases de especias, en determinadas proporciones, para que se mezclaran juntas en Ketoret. En la Torá sólo se mencionan explícitamente algunos de los principales ingredientes, con una alusión a una composición de once, tal como lo explican los Sabios. Las once especias que conformaban el Ketoret eran: bálsamo, onija, gálbano e incienso, (70 "mane" de cada uno); costo (12), corteza aromática (3) y canela (9), para un total de 368 "manim". Además, algunos otros ingredientes eran agregados para mejorar la apariencia y hacer el olor más penetrante. Estos incluían lejía de Carsina, vino de Chipre (u otro vino fuerte), sal de Sodoma y una pequeña cantidad de hierba que hacía que el humo se elevara en una columna recta. Dicha cantidad (368 manim) conformaba la reserva de un año: 365 manim correspondientes a los días del año, la mitad de un mane se ofrecía a la mañana y la otra mitad hacia el atardecer. Los 3 manim que quedaban eran ofrecidos por el Cohén Gadol en Yom Kipur, en el Kodesh HaKodashim (conocido en latín también como en Sancta Sanctorum -Sagrado de los Sagrados). El Ketoret se ofrecía dos veces por día en el Altar Dorado, llamado también el Altar Interno y el Altar de Incienso.

La ofrenda del Ketoret en el Santuario era uno de los grandes misterios del Servicio Divino en el Bet Hamikdash de la antiguedad. La extraordinaria santidad y significado del Ketoret se remarca en la Torá por la penalidad de Karet (muerte) en el caso de preparar una composición idéntica como perfume para uso personal. También se incurría en pena de muerte si se omitía cualquiera de sus once ingredientes. Hay varios hechos en la antigua historia del pueblo judío que destacan aun más la importancia del Ketoret. En el octavo y último día de la Dedicación del primer Santuario en el Desierto (en el segundo año desde el Exodo de Egipto), Nadav y Avihu, los dos hijos mayores de Aarón, murieron misteriosamente en el Santuario mientras ofrecían Ketoret de la manera no indicada. Más tarde, durante la rebelión de Koraj, 250 de sus adeptos murieron de manera similar mientras ofrecían Ketoret como una prueba de autoridad. Por otro lado, cuando cundió una plaga para castigar a los rebeldes, inmediatamente despues de la rebelión de Koraj, Aarón la detuvo con una ofrenda de Ketoret.

Es bueno recordar que todos los mandamientos divinos están rodeados de misterio, pero aun así, tienen algunos aspectos revelados en términos de instrucción e inspiración en lo que respecta al culto sagrado en la vida diaria del judío. Es así que los Sabios enseñan que la ofrenda de Ketoret traía expiación por una "lengua perversa". Servía como recordatorio diario para el pueblo de que, de la misma manera que había vida y muerte en el Ketoret, así había "vida y muerte en el poder de la lengua" (Proverbios 18:21).

El Midrash Tanjumá (Tetzave 14) dice que la palabra hebrea Ketoret forma un acróstico de las iniciales de las cuatro palabras hebreas: K - kedushá (santidad), T - tahará (pureza), R - rajamim (misericordia) y T - tikvá (esperanza). En el sagrado Zohar se encuentran muchos párrafos acerca de la importancia de la recitación diaria de Ketoret (ahora que no se puede ofrendar verdaderamente). Uno de ellos dice: "La persona que recita la porción de Ketoret a diario con devoción, será apartada de cualquier sufrimiento o herida durante todo el día" (Zohar I, 218). A continuación dice: "Si el hombre mortal se diera cuenta cómo el Santo, bendito sea, aprecia la porción de Ketoret, tomaría cada una de sus palabras y la colocaría sobre su cabeza como una corona de oro".

En la literatura jasídica (particularmente Jabad) se amplían los distintos detalles relacionados con Ketoret y se revelan algunos de sus misterios. Por ejemplo, se explica que "Ketoret" significa "atadura" (en la traducción aramea). Si Korbanot tiene que ver con la idea de acercamiento a D-os, Ketoret simboliza un mayor acercamiento y unidad con D-os con la obligación de observar las Mitzvot. Esta unión del mundo finito con el Infinito se logra por intermedio de la Torá, la cual es, en sí misma, una conjunción del Infinito con lo finito (Lik. Torá, Vayikrá 6d). Más aún, el humo de Ketoret que se elevaba, el cual se alzaba en una columna erguida hacia lo alto, simbolizaba el ansia del alma de acercarse al cielo.

Ketoret se asocia con el sentido del olfato, el más "espiritual" de todos los sentidos humanos. Se considera que el olfato es algo que gratifica al espíritu, no al cuerpo. Por esta razón está permitido usar sales olorosas en Yom Kipur mientras está estrictamente prohibido consumir cualquier comida o bebida. Se dice por lo tanto que Ketoret simboliza la más alta y pura forma de comunión con D-os. Esto se destaca aun más por el hecho que Ketoret debía ofrendarse en el "Altar Interno", símbolo del "corazón interno".

Comentando sobre el versículo: "Que mis plegarias sean presentadas ante ti como Ketoret", los Sabios enseñan que no había nada que el Rey David deseara más que poder ofrecerle Ketoret a D-os en el Bet Hamikdash. Si bien no se le otorgó ese deseo, sí se le otorgó el que la plegaria pudiera sustituir a Ketoret, como en el caso de Korbanot, lo que se ha venido observando desde las épocas en que el Bet Hamikdash no existe a nivel terreno.

En el Sidur, la sección de Ketoret se encuentra seguida (de acuerdo con el Nusaj Arí) de tres versículos de los Salmos de David, cada uno de los cuales se repite tres veces, más un verso del Profeta Malaji. Estos son: Salmos 46:8; 84:13; 20:10; y Malají 3:4. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

ORDEN DEL SERVICIO DIARIO EN EL BET HAMIKDASH

Habiendo leído ya las porciones bíblicas que tratan de las Korbanot y Ketoret diarias, se continua en el Sidur (según Nusaj Arí) una sección del Talmud (Yoma 33a) en la cual Amorá Abaie presenta un esquema del orden completo del servicio diario (Avodá) en el Bet Hamikdash, tal como lo enseñara a los discípulos de su Academia, basándose en la autoridad de Aba Shaúl. El ordenamiento del servicio era el siguiente:

1) Primera cosa a la mañana, un "gran arreglo" de trozos de madera, apilados en forma de una "casa" en miniatura con una "ventana", que era colocado en la esquina sudoeste del Mizbéaj (Altar). Entonces se colocaba leña en la ventana para encender el fuego. En este fuego se quemaban eventualmente todos los Korbanot diarios.

2) Un segundo ordenamiento de leña, similar al primero, se colocaba entonces en el costado oeste del Altar. Las brasas ardientes de este fuego debían servir para quemar Ketoret (Incienso) sobre el Altar Dorado en el Santuario Interno. Las brasas eran trasladadas en una sartén de oro.

3) Luego, dos pedazos de madera, cada una de un codo de largo, se colocaban sobre la madera ardiente.

4) A continuación "se quitaban las cenizas" del "Altar Interno" (o Altar de Oro, o Altar de Incienso) sobre el cual se había ofrecido Ketoret el día anterior. Para quitarlas se utilizaba un recipiente de oro.

5) Luego venía el "arreglo de las cinco luces" (de la Menorá de siete luces). Se retiraban las mechas y el resto del combustible que quedaba dentro de las lámparas se juntaba en una jarra de oro, tras lo cual las lámparas eran limpiadas, secadas y vueltas a llenar de aceite y mechas.

6) El próximo paso en el orden del servicio era salpicar la sangre del sacrificio matinal diario (Tamid) sobre las esquinas noreste y sudoeste del Altar.

7) Luego, las otras dos lámparas de la Menorá en el Santuario eran arregladas de manera similar que las primeras cinco.

8) Luego se ofrecía Ketoret en el Altar Dorado.

9) A continuación venía la ofrenda de las partes del Tamid que habían sido preparadas con este propósito. Eran ofrendadas en el Altar Externo antes mencionado (ítem Nr. 1).

10) Venía luego la ofrenda de comida que acompañaba al sacrificio del Tamid.

11) Después venía la ofrenda de la comida asada (Javitin) - la primera parte de la ofrenda era del Cohén Gadol; la segunda parte se ofrecía a la tarde con el segundo Tamid.

12) Seguía la ofrenda del vino. Durante la ofrenda del vino el Cohén, segundo en importancia (Segán) levantaba una bandera como señal para que dos Cohanim hicieran sonar las trompetas y para que los Levitas comenzaran a cantar el "Salmo del Día" acompañados de instrumentos musicales.

13) En Shabat, Rosh Jodesh y las Festividades, se intercalaban aquí los sacrificios adicionales (Musaf).

14) En Shabat se ofrecían aquí dos cucharas llenas de incienso (Bazijín), las cuales habían sido dejadas toda la semana junto al "Pan de la Proposición" (Lejem haPaním) sobre la Mesa Dorada en el Santuario. De allí y hasta cerca de las 4:30 de la tarde se ofrecían los sacrificios particulares.

15) La última parte del servicio diario era la ofrenda del Tamid Vespertino. A continuación seguía la ofrenda de la segunda parte de Ketoret, la ofrenda de comida, la segunda mitad de Bazijín y la ofrenda del vino -todo en el mismo orden y de la misma manera que en el caso del Tamid Matutino- y la iluminación de la Menorá.

Después del Tamid Vespertino no se ofrecían más sacrificios hasta la mañana siguiente, cuando se repetía la Avodá diaria. Las partes del Tamid Vespertino eran dejadas para que se quemaran en el Altar toda la noche.

El servicio -Avodá- en el Bet Hamikdash debía llevarse a cabo exactamente como se había ordenado divinamente en la Torá y transmitido a través de la Ley Oral. De esta manera, aún después de que el Bet Hamikdash fuera destruido, el orden del Servicio en el Santuario se enseñaba y se preservaba en anticipación al momento en que el Bet Hamikdash será reconstruído con la venida del Mesías, cuando se restablezca entonces la Avodá. Mientras tanto, las plegarias diarias y la lectura de los pasajes apropiados en la Torá y el Talmud sustituyen a la Avodá y tienen el mismo efecto que los sacrificios ofrecidos en el Templo por aquel entonces. Además, al leer los pasajes relacionados con la Avodá en el Bet Hamikdash de la antiguedad, se rememora a la Shejiná (Presencia Divina), tal como se manifestaba en el Templo en esos días. Con la destrucción del Templo, la Shejiná se retiró al exilio junto con el pueblo judío. Es este gran "ocultamiento del Rostro Divino" a que se refiere la Torá, al interpretarse como la larga "noche" del exilio (Galut). La condición para que la Gueulá (redención) ocurra, está en la corrección de los errores del pasado que llevaron a la destrucción del Primer y Segundo Templo. Esto es lo que los Sabios quisieron significar cuando enseñaron: "Cada generación que no sea testigo de la reconstrucción del Bet Hamikdash, debe considerarse a sí misma como testigo de la destrucción del mismo" (Talmud Yerushalmi, Yomá 1:1).

LA PLEGARIA DE RABI NEJUNIA - ANA BECOAJ

Se denomina la "Plegaria de Rabí Nejuniá ben HaKané", quien fuera un Taná (Sabio) que vivió en la época de la destruccion del Bet Hamikdash. Sus enseñanzas y sus dichos pueden enocntrarse en varias secciones del Talmud. El Talmudrelata cosas maravillosas acerca del poder de sus oraciones. Sin embargo, se cuestiona si él fue en realidad el autor de esta plegaria. De cualquier manera, de acuerdo con la Cábala y particularmente el santo Arí, ésta plegaria es muy sagrada con profundas implicaciones místicas.

La plegaria cunta con siete líneas, cada una de las cuales contiene seis palabras. El total de palabras (42) significa uno de los Divinos Nombres místicos, lo cual deletreado en la Lengua Sagrada tiene el valor numérico de 42. Las siete líneas simbolizan los siete Midot (atributos) Divinos por medio de los cuales D-os rige al mundo. Los siete brazos de la Menorá tienen un significado similar. De allí la frecuente repetición del número siete en la Torá y en la vida judía. El número seis, de igual manera, tiene un profundo significado místico. Está relacionado ocn las seis alas de los Serafim (ángeles) que Isaías vió en su visión profética, profunciando Kedushá: "Santo, santo, santo..." mientras proclamaban la Unidad de D-os en todos los mundos (Isaías 6:3). Es por esto también que el verso "Shemá", por el cual el judío proclama la unidad de D-os, contiene seis palabras. A esta plegaria se le agrega para concluirla el versículo: "Bendito sea el nombre deSu glorioso Reino, por siempre jamás".
[ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

MISHNA ZEVAJIM

Las lecturas del Sidur de Mishnayot (Zevajim cap. 5) comienzan con la Mishná de Eizehú Mekomán: Cuáles eran los lugares de sacrificios?

Existían varias leyes que reglamentaban el lugar y la manera de las ofrendas de sacrificios. Estas y otras reglas básicas están detalladas en el mencionado capítulo de Mishnayot. Había dos categorías amplias de Korbanot: 1) Sacrificios Comunales; y 2) Sacrificios Particualres o Individuales.

Los Sacrificios Comunales (Korbanot Tzibur), se ofrecían en nombre de toda la comunidad de Israel, el pueblo judío. Incluían los sacrificios diarios, llamados tamid que consisten en un cordero por la mañana y uno al atardecer, además de los sacrificios adicionales (musaf) ofrecidos en Shabat, Rosh Jodesh, las Tres Festividades, Sheminí Atzeret, Rosh Hashaná y Yom Kipur, los cuales consistían de varios sacrificios en cada caso.

En el caso de los sacrificios individuales, existían las siguientes clases: 1) Holocausto (Olá); 2) Ofrenda por Pecado (Jatat); 3) Ofrenda por Culpa (Asham); y 6) Ofrenda de Paz (Shelamim). Había además otras tres clases: 1) Sacrificio Pascual (Pesaj); 2) Primogénito (Bejor); y 3) Diezmo (Maaser). Había algunos otros sacrificios individuales relacionados con situaciones especiales. Los Sacrificios Comunales podían ser holocaustos u ofrendas por pecado (excepto los dos corderos que se traían como Ofrendas de Paz conjuntamente con el sacrificio de Dos Hogazas en Shavuot).

El Holocausto traído por un solo individuo era voluntario cuando una persona se comprometía a tal sacrificio. La Ofrenda por Pecado tenía que ser traída, en algunos casos, por un individuo cuando éste cometía un pecado sin saberlo y luego descubría su error. Estos casos estaban, en su mayoría, dentro del área de las ofensas contra D-os. La Ofrenda por Culpa debía ser traída por un individuo en ciertos casos de transgresión, principalmente en el área de ofensas contra de otras personas. La Ofrenda de Paz, como el Holocausto, podía ser ofrecida por un individuo por propia voluntad o conjuntamente con una Ofrenda de Gracias (Todá).

Había además dos sacrificios que un individuo tenía que hacer cuando realizaba una peregrinación al Bet Hamikdash; uno era Korbán Be´iya, la cual era un Holocausto y la otra era Korbán Jagigá, la cual era una Ofrenda de Paz. Todos los sacrificios entraban en una u otra de las dos categorías principales: 1) Kodshei Kodashin - sacrificios con un alto grado de santidad, y 2) Kodashim Kalim - sacrificios con un menor grado de santidad. Los primeros incluían Olá, Jatat, Asham y los shelamim públicos de Shavuot (antes mencionados). En la segunda categoría se encuentran las distintas clases de shelamim individuales como también Bejor, Maaser y Pesaj.

Excepto en el caso de Olá y un cierto tipo de Jatat, los cuales eran quemados en su totalidad para D-os, los cohanim recibían como algo que les correspondía ciertas partes de todos los otros sacrificios de animales que eran traídos al Bet Hamikdash. Las partes de los sacrificios que entraban en la categoría de Kodshei Kodashim podían ser comidos sólamente por los Cohanim varones, aquellos que entraban en la categoría de Kodashim Kalim podían ser comidos por todos los miembros de una casa de Cohén, incluyendo a los sirvientes.

En el caso de los shelamim individuales, la mayor parte del animal (excepto las partes ofrecidas en el Mitzbeaj -altar- y aquellas que correspondían a los cohanim) le correspondían a la persona que había traído el sacrificio. Esta es una de las razones por las cuales esta clase de sacrificio se denominaba shelamim (ofrenda de paz) ya que creaba paz y unión entre todos los participantes: aquel que hacía la ofrenda, los cohanim y D-os.

Finalmente el Bejor debía entregarse al cohen para ser usado como comida; el Maaser pertenecía al dueño pero podía ser comido por cualquier persona y el Pesaj podía ser comido tan sólo por aquellas personas pertenecientes al grupo que había participado. Las tres cosas, por supuesto, debían ser llevadas primero al templo dpnde ciertas porciones de la grasa y de la sangre debían ser primero ofrendadas a D-os; sólo entonces los cohanim y los propietarios de la ofrenda podían tener su parte, las cuales debían comerse dentro de la mayor pureza y santidad en un momento especificado.

LA BERAITA DE RABI ISMAEL

La Beraitá de Rabí Ismael (de la introducción de Sifrá, el Midrash halájico en el Libro de Vayikrá) formula los trece principios (Midot) por los cuales se interpreta a la Torá. Estos principios se aplican frecuentemente en todo el Talmud cuando se refiere a las fuentes de las distintas leyes en el texto de la Torá, tanto las que se mencionan explícitamente en la Torá como aquellas que están implícitas en el texto y que pueden deducirse contando con la ayuda de cualquiera de los trece principios antes mencionados, que son parte de lo que se conoce como la Ley Oral. Rabí Ismael sólo los formuló y definió haciendo una lista de los mismos. Ellos se presenta a continuación:

1) Deducción "de menor a mayor y vice versa"- Kal vaJomer:
Un ejemplo de un sencillo Kal vaJomer se encuentra en el párrafo en el cual Moisés le dice a D-os: "Si los hijos de Israel no me escucharon, por qué habría de escucharme el Faraón?. Rashí comenta acerca de este versículo y dice que se trata de uno de los diez casos de Kal vaJomer que se mencionan en la Torá. La verdadera aplicación de este principio se basa en el pasaje de la Torá que habla acerca del castigo de Miriam por haber calumniado a su hermano Moshé. Ese pasaje, en efecto, dice que: "si Miriam hubiera hecho enojar a su padre hasta el punto que éste escupiera ante ella, se la hubiera mantenido aislada y despreciada fuera del campamento durante siete días; cuanto más, entonces, por el hecho de haber enojado a D-os". Se deduce aquí que ella se merecía por lo menos doble castigo que consiste en la expulsión del campamento durante catorce días. Sin embargo, D-os ordenó que se la expulsara tan sólo durante siete días. Aquí la Torá enseña que al aplicar Kal vaJomer, la deducción debe limitarse a la premisa original, ni más ni menos. En otras palabras, si la ley es tal en un caso determinado, ciertamente no sería menos severa, pero tampoco "más severa" en un caso más grave. El mismo principio se aplica en el caso opuesto. Si en una situación más grave la Torá demuestra una cierta benevolencia, podemos deducir que esa misma benevolencia se aplicaría con certeza en un caso menos grave; una vez más, ni más ni menos.

2) Deducción "similitud de palabras o frases en dos textos distintos de la Torá" - Gezerá Shavá:
Esto significa que cuando se encuentra en la Torá, en dos casos separados, una palabra o expresión idéntica o similar, esto indica que hay una analogía entre los dos y que uno de los casos complementa al otro. Un ejemplo de la aplicación de este principio se encuentra en la ley que prohibe el arrancarse los cabellos en señal de duelo, tal como hacían los paganos de la época. En otro lado existe una prohibición similar en referencia a los Cohanim. En ambos casos se usa la palabra "karajah" ("haciendo calvicie"). La expresión de "acuerdo con la tradición" muestra un caso donde debe aplicarse el principio de Gezerá Shavá para deducir que de la misma manera que en el caso de los Cohanim la prohibición se refiere a cualquier parte de la cabeza, lo que también ocurre en el caso de los judíos comunes. En el caso de estos últimos la prohibición se refiere al duelo por los muertos, igual que en el caso de los Cohanim. Se subraya "de acuerdo con la tradición" porque este principio (al igual que los otros) no puede usarse libremente, sino tan sólo en los casos y en la forma como ha sido transmitido por la tradición.

3) Deducción "establecer un precedente":
Se entiende como establecer una regla general que pueda extenderse a casos similares. Por ejemplo, la Torá permite la preparación de comida en la Festividad de Pesaj (Exodo 12:16), ya que Pesaj es el primero de todos los festivales y sirve como precedente para todos los demás festivales en lo que respecta a la posibilidad de preparar comida en cualquier Yom Tov. Dicho principio debe basarse en un texto o en dos textos distintos. Como ejemplo de esto último puede citarse la ley referente a los defectos o deformidades. La definición de defectos físicos se deriva de dos textos en la Torá, uno que trata de los defectos en los humanos, por el cual se descalificaba a un Cohén para prestar servicio en el Bet Hamikdash (Levítico 21:20) y el otro especificando defectos en los animales, los cuales los descalificaban para ser objeto de los sacrificios (Levítico 22:22). Los textos se toman en conjunto para determinar que es lo que constituye un defecto en cualquier caso en que la palabra "defecto" sea mencionada en la Torá, ya sea con respecto a un animal o a una persona.

4) Deducción "regla general seguida de una particular (o varias particulares)":
En este caso, la regla general está calificada y limitada a las particulares y nada más, por ejemplo, está escrito: "Cuando cualquiera de vuestros hombres traiga un sacrificio para D-os de una bestia, ganado u ovejas" (Levítico 1:2). "Bestia" es un término general que puede también incluir animales salvajes kasher. Pero este término generalizado está seguido de particulares específicos, o sea "ganado" u "ovejas", y por lo tanto queda limitado solamente a éstos. De esta manera quedan excluidos los animales salvajes y éstos no pueden ofrecerse como sacrificio.

5) Deducción "término particular seguido de uno general":
En este caso, el término general determina qué es lo que debe incluirse. Un ejemplo de este principio puede encontrarse en la ley que determina la devolución de objetos perdidos. Esta escrito: "Y así lo harás con su asno y sus ropas" (Deuteronomio 22:23). Estas son categorías específicas que harían dejar de lado cualquier otra. Sin embargo, el texto continúa: "Y así lo harás con cualquier objeto perdido de tu prójimo", lo cual es una generalización haciendo que sea un mandamiento el devolver cualquier objeto perdido que pueda ser identificado por su dueño.

6) Deducción "termino general seguido de particulares, seguido nuevamente de un término general":
Aquí los particulares especificados en el texto no son excluyentes (como en el ítem 4), sino que son considerados como términos "colectivos", incluyendo cualquier cosa que tenga características similares y excluyendo todas aquellas cosas que no tienen esas caracteristicas. Uno de estos casos es la ley de custodia o de depósito. Está escrito en la Torá: "Si un hombre le entrega a su amigo dinero o utensilios para que los guarde..." (Exodo 22:8). La oración comienza con una proposición general (si un hombre le entrega a un amigo), luego continúa con particulares (dinero o utensilios), y vuelve a un término general (para que los guarde). Aplicando el principio antes mencionado, la deducción es que no solamente el dinero y los utensilios están abarcados por esta ley, sino también todos aquellos artículos que tienen las características de dinero y los utensilios, a saber: a) los que tienen valor intrínseco, y b) son movibles. De esta manera, la ley no abarca cosas tales como un campo, porque es inamovible, ni una nota de crédito, porque no tiene "valor propio", excepto la del papel donde está escrita.

7) Deducción "una proposición general que requiera un término particular para explicarla" y, conversamente, "un término particular que requiera una regla general para que lo complete":
Un ejemplo de la aplicación de este principio se encuentra en la ley concerniente a la consagración del primogénito. Está escrito en la Torá: "Santificad para Mi a todos los primogénitos" (Exodo 13:8). Esta es una proposición general, la cual por sí sola, también incluiría a una primera hija. Pero en otro lugar la Torá especifíca: "masculino solamente". El interrogante sigue en pie. Quizá lo que se quiere significar es el primero de todos los bebés del sexo masculino, aunque éste haya sido precedido por un bebé del sexo femenino. Por eso el texto explica aún más: "aquel que abre el útero" (Exodo 13:2). Debe realmente ser el primer hijo en nacer, aquel que no le sigue a nadie. Aún podría preguntarse; el texto se refiere al primer bebé nacido de manera natural, o de aquél nacido por medio de cesárea? Es aquí que texto aclara las dudas insistiendo en que se trate de un primogénito (Bejor) nacido de parto natural. De esta manera, el termino general "primogénito" se explica mediante las definiciones específicas para indicar que solamente un primogénito que tenga las tres condiciones siguientes, puede ser consagrado: a) sexo masculino; b) nacido de manera natural; y c) el primer niño de la madre. El cumplimiento de estas condiciones califica a un primogénito como verdadero en su condición (Berajot 19a).

8) Deducción "cuando un tema que ya ha sido incluido en una proposición general es luego mencionado en forma separada, para dar algún tipo de información nueva, esto no significa que se trata de una circunstancia aislada, sino que se está tratando de clarificar también la prohibición general":
Un ejemplo de la aplicación de este principio se encuentra en la ley concerniente a la prohibición de trabajar en Shabat. Está escrito en la Torá: "No trabajarás (en Shabat)" (Exodo 20:10). Más adelante está escrito: "No encenderás el fuego en el día de Shabat" (Exodo 35:3). El encender el fuego está ya incluido en la prohibición general de trabajar, la cual cubre 39 categorías de trabajo que fueron realizadas durante la construcción del Santuario, tal como lo transmite la tradición. Por qué entonces se menciona por separado el encendido del fuego? La respuesta es: Para establecer una regla que se aplique tanto a sí misma como a todas las otras categorías de trabajo incluidas en la prohibición general, es decir, de la misma manera que el encender el fuego es una de las principales categorías de trabajo prohibido durante el Shabat, que hace que el que la transgreda se vea obligado a traer una ofrenda en forma "separada" exclusiva para esa categoría, inclusive cuando transgredió también otro tipo de trabajo. De la misma manera cualquiera de las 39 categorías principales está sujeta a obligaciones en forma separada. Sobre la base de este principio, la ley explica que cuando una persona realiza dos o más de las mencionadas 39 categorías de trabajo en Shabat, olvidando que fueron prohibidas, debe traer una ofrenda de expiación por el pecado para cada una y tantas como trabajos haya realizado.

9) Deducción "cuando un tema que ya ha sido incluido en una regla general es omitido (mencionado separadamente) para especificar un determinado punto que también está incluido en la regla, esta excepción está destinada a aliviar y no a agravar ese caso en particular":
Un ejemplo de la aplicación de este principio puede encontrarse en la ley concerniente a "negaím" (manchas o síntomas de tzaraát - lepra). La Torá comienza con una regla general acerca de las manchas cutáneas (Levítico 13:2) especificando tres síntomas agudos, de los cuales los dos primeros son señal de tumá (contaminación) que indican que la persona está realmente afectada por la plaga, estos son: a) cabellos dentro de la mancha que se vuelven blancos; b) carne viva (herida abierta) en la piel inflamada; y c) síntoma permanente, es decir, si no se ha producido ningún cambio en la mancha cutánea durante la primera semana de aislamiento, entonces es necesaria una segunda semana de aislamiento después de la cual, si los síntomas remiten, la persona puede ser declarada "tahor" (ritualmente limpia). Al mismo tiempo la Torá especifica un síntoma "favorable" que es la decoloración blancuzca de toda la piel (Levítico13:12-13). Esta regla general en la Torá está seguida por dos tipos de manchas cutáneas muy particulares: a) una que se ha convertido en una pústula que se había curado; y b) una que se ha convertido en una mancha de la piel que tenía una quemadura de fuego. En cada uno de estos dos casos se menciona tan sólo un síntoma grave y es el hecho de que los cabellos se blanqueen. De acuerdo con el principio mencionado, por lo tanto, podemos decir que la intención de cada una de estas dos excepciones es aliviar el caso y no agravarlo, es decir, en estos casos aplicamos la regla del síntoma favorable (blancura de toda la piel) pero no así la regla de los síntomas agudos (carne viva y síntoma persistente), excepto el síntoma del cabello volviéndose blanco.

10) Deducción "cuando un tema que ya ha sido incluido en una regla general es exceptuado para especificar un determinado punto no cubierto por la regla general, la excepción tiende a aliviar en algunos aspectos y a agravar en otros":
Un ejemplo de la aplicación de este principio se encuentra en relación con la ley de negaím (manchas) cuando afectan la cabeza o la barba (Levítico 13:29). Sin embargo, aquí la Torá introduce un nuevo síntoma que no había sido incluido anteriormente en la regla general y que es el cabello "amarillo" como señal de tumá (Levítico 13:30). Por lo tanto y de acuerdo con este principio, la Torá indica que el propósito de la excepción es aplicarle la gravedad del cabello amarillo como señal de tumá, mientras se le otorga la condición de benigno al cabello blanco, el cual no es una señal de tumá en este caso (aunque el cabello blanco es un síntoma de tumá en las afección de la piel - tzaraát - lepra, mencionada en el punto 9).

11) Deducción "un tema ya incluido en una regla general y luego exceptuado para poder tratar un asunto nuevo, no puede volver a incluirse en la regla general, a menos que el texto lo haga expresamente":
Como ejemplo tenemos que un "metzorá" (leproso) habiendo sido limpiado de su lepra, tenía que traer ciertos sacrificios como expiación, entre ellos un cordero macho como ofrenda de culpa (asham). Una de las razones por la que se requería una expiación era el hecho de que el haber sido afectado por la plaga se debía a un castigo por "lashón hará" (lengua maligna y difamación), dos cosas que traen como consecuencia el aislamiento de las personas entre sí. Por lo tanto había sido afectado por la plaga y aislado de la comunidad, para que durante su aislamiento y aflicción pudiera pensar y arrepentirse. La Torá declara que este cordero macho debía ser sacrificado en el mismo lugar donde se hacían las ofrendas por pecado y se quemaba todo en la esquina norte del altar. El texto continúa diciendo: "porque así como es la ofrenda de pecado, así es la ofrenda de culpa". Ahora bien, esta regla general ya ha sido mencionada una vez. Sin embargo, se hacía necesario el volver a mencionarla porque el caso de la ofrenda por culpa del leproso estaba exceptuado de la regla general por medio de la introducción de una nueva ley accesoria especial para este caso, la cual consistía en frotar con sangre del sacrificio la oreja y el pulgar, además del pulgar del pie derecho del leproso curado (Levítico 14:14). Esta era una ceremonia no necesaria en el caso de una ofrenda usual por culpa. Por lo tanto, podría pensarse que la excepción pudiera aplicarse también a otros aspectos, como por ejemplo, quemar la grasa sobre el altar. De allí que se incluye este caso particular en su categoría original o regla general.

12) Deducción "un tema que se deduzca de su contexto o del texto subsiguiente":
Por ejemplo, uno de los Diez Mandamientos es: "No robarás". Los Sabios declaran que esto se refiere a robar (secuestrar) a un ser humano, lo cual es castigado con la pena de muerte. Deducen esto por el hecho de que este "robo" aparece en el mismo contexto con "No asesinarás", cosa que la Torá (en otro lugar) determina como un crimen castigado con la muerte. Por otro lado, el texto: "No robarás, ni tampoco tratarás falsamente...", se refiere al robo de dinero o valores, lo cual no está sujeto a la pena de muerte. Un ejemplo de la aplicación de la segunda parte de este principio se encuentra en la ley concerniente a la plaga dentro de una casa. Está escrito:"Cuando lleguéis a la tierra de Canaán ... y yo ponga una plaga de lepra en una casa, en la tierra que os pertenece" (Levítico 14:34). La Torá no especifica aquí qué clase de casa, una de madera, o de ladrillo. Más adelante, sin embargo, se hace referencia a los materiales de la casa afectada, el texto menciona específicamente: "sus piedras, maderamen y mezcla". De esta manera, el texto ha especificado más adelante qué tipo de casa está sujeta a esta ley.

13) Deducción "cuando dos textos se contradicen, sólo pueden entenderse por intermedio de un tercero que los reconcilia":
Por ejemplo, está escrito: "Y te hablaré a ti (Moshé) desde lo alto del "kaporet" (Exodo 25:22). El kaporet era la cobertura de oro del Arca en el Kodesh HaKodashim (Sancta Sanctorum). Otro texto dice: "Y D-os le habló desde la tienda del encuentro" (Levítico 1:1). La tienda del encuentro (ojel moed) era el Santuario en general. De esta manera, los dos versículos parecen contradecirse. Sin embargo, los dos textos están reconciliados por un tercero: "Y cuando Moshé entró a la tienda del encuentro ... escuchó la Voz que le hablaba desde arriba de la cobertura del Arca (kaporet) la cual estaba encima del Arca del Testimonio, entre los dos Kerubim; y El le habló" (Números 7:89). En otras palabras, a Moisés se le habló en el ojel moed, pero la Voz llegó hasta él desde arriba.

Los Trece Principios de interpretación de la Torá son parte de la Ley Oral o Tradición, la cual llegó hasta la actualidad junto con la Ley Escrita (Mikrá), transmitida desde el Monte Sinaí. Sin esta Ley Oral, la Torá sería para el judío un libro cerrado. La Beraitá de Rabí Ismael termina la sección de Korbanot en el Sidur. Por eso está seguido, muy adecuadamente, de una corta plegaria tomada de Pirké Avot (Avot 5:20):

Yehi ratzón ... Que sea Tu deseo -
Porque mientras la plegaria ocupa actualmente el lugar de los sacrificios en el Bet Hamikdash de la antiguedad, el judío reza por la reconstrucción del mismo y el retorno del servicio santo dentro de él en la ciudad sagrada de Jerusalem, lo cual se tiene previsto que ocurra cuando llegue el Mesías.
Betén jelkenu beTorateja ... danos nuestra porción en Tu Torá -
enfatiza que cada judío tiene una porción en la Torá de D-os entregada en el Sinaí.
[ Hebreo, Fonética y Traducción ]

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